¿En qué consiste este tipo de magia?
La magia negra es un conjunto de acciones de la liturgia mágica, donde la naturaleza, los mecanismos, las finalidades y la metodología en la que se practica, no es aceptada ni aprobada por la población o sociedad donde está en ejercicio. Esto, porque la magia negra comprende una serie de conjuros y hechizos que suponen un objetivo dirigido directamente a la maldad y el daño en contra de otra persona, produciendo infortunio, perjuicios, enfermedades, destrucción o cualquier otra forma en la que se pueda afectar la vida y la integridad de un individuo. Lo cierto, es que existe otro tipo de magia que va en contra de la ideología de la magia negra a la que se le denomina magia blanca, esto suponiendo un enfrentamiento entre la luz y la oscuridad, pues son rivales y se usan como antónimo el uno del otro.
Dentro de su concepto, este tipo de magia comprende una cantidad de recursos cuyos poderes radican en la finalidad de dominar la voluntad de otra persona y así, controlar su naturaleza.
El origen y el concepto de la magia negra
En el inicio de la historia, se cree que no había una limitación marcada entre la ciencia, la magia y la religión, pero más tarde, aproximadamente en el siglo XII, la magia fue separada abruptamente de la ciencia y la religión
La procedencia de la magia negra radica en el continente que ocupa el tercer lugar de los más extensos del mundo, estamos hablando de África, pues se cree que fue la cuna de esta magia pero, con la llegada de los colonos en la antigua África, fue fuertemente condenado cualquier tipo de práctica que supusiera el uso de magia, entre ello, claramente la magia negra.
Una vez se dio el asentamiento por parte de los colonos en esta parte del mundo, viajaron a otros sitios como India y Mesopotamia, donde posteriormente, la magia fue adoptada como la principal fuente de la sanidad y en general, de la espiritualidad.
Una vez dado esto, otros países fueron testigos de la divulgación y la forma en la que se empezaba a extender la magia.
Al tratarse de un acto que iba en contra de las ideas de los colonos y representar rebeldía y desobediencia, la magia negra fue vista para ellos como un proceso en el que se adoraba al diablo. Adicional a esto, prestaron mucha atención al vudú, al que también se le debía temor, siendo esta en sus orígenes una cultura del continente africano cuya actividad principal se trataba de la sanación. Una vez estas personas empezaron a notar los fuertes poderes que contenía la magia, fue cuando empezaron a darle un uso indiscriminado a situaciones negativas donde existían los sentimientos de venganza, celos, y la enfermedad, entre otras.
Es evidente que la magia ha evolucionado y más visible ha sido la magia negra, cuyo nivel máximo fue alcanzado en el continente europeo y justo en la época medieval, que más tarde fue conocida como la Época dorada de la brujería o la Edad oscura. Y es así como empieza la magia negra a tocar diferentes partes del mundo, llegando a Francia, exactamente en la parte sur donde fue profundamente acogida y su actividad representaba un carácter demasiado activo. Posteriormente tuvo la misma acogida en países como Alemania, España e Italia. Durante ese tiempo, se tenía una fuerte convicción de que los hechizos y los rituales de éste, eran cómplices y causantes de acontecimientos cuyas situaciones se albergaban en la enfermedad, la destrucción de tierras y sobretodo, el poderío al resucitar a alguien después de muerto. Definitivamente debemos agregar que se creía que quienes practicaban la magia magia negra, los brujos, podían ser invisibles y que con ello, necesitaban una mezcla de cenizas de seres que recién hayan nacido, mezclado con la sangre de diferentes aves nocturnas.
La magia negra, cuya procedencia observamos que comprende el continente africano, alcanzó a países de América, donde más tarde se fusionará con culturas y tradiciones donde se ejercía la práctica de la brujería y la santería.
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