¿Te has encontrado tomando varios comprimidos al día y no sabes por qué? Eso se llama polifarmacia, el uso simultáneo de muchos medicamentos. Cuando la lista crece, aumentan también los riesgos: efectos secundarios, interacciones y confusión al tomar la dosis correcta.
En la práctica, la polifarmacia suele aparecer en personas mayores o con varias enfermedades crónicas. Cada doctor prescribe lo que necesita su paciente, pero sin una visión global, los fármacos pueden chocar entre sí. El resultado puede ser desde dolor de cabeza hasta algo más serio como una caída de presión.
El primer problema es la interacción medicamentosa. Por ejemplo, un antiinflamatorio puede reducir la eficacia de un anticoagulante y aumentar el riesgo de sangrado. Otro caso típico es combinar un antibiótico con un probiótico sin saber que el primero puede matar las bacterias buenas que el probiótico intenta aportar.
El segundo riesgo es la acumulación de efectos secundarios. Tomar varios fármacos que provocan somnolencia puede hacer que te sientas más cansado de lo normal, lo que afecta tu rendimiento diario y aumenta la probabilidad de accidentes.
Finalmente, la adherencia al tratamiento sufre. Cuantos más comprimidos haya que recordar, más fácil es olvidar una dosis o tomarla en el momento equivocado. Un error sencillo como tomar dos dosis de una vez puede ser peligroso.
Lo más útil es crear una lista de medicamentos actualizada. Anota nombre, dosis, hora de toma y para qué sirve. Lleva esa lista a cada consulta médica y compártela con tu farmacéutico. Así todos podrán revisar si hay duplicidades o interacciones potenciales.
Otro paso clave es preguntar siempre: "¿Este nuevo fármaco interactúa con los que ya tomo?". No aceptes recetas sin preguntar, aunque el médico sea de confianza. Algunas interacciones son invisibles y solo se detectan revisando la lista completa.
Si tomas suplementos como probióticos, vitaminas o hierbas, inclúyelos también. A veces, los pacientes creen que los suplementos son inocuos, pero pueden modificar la absorción de otros fármacos.
En caso de que un medicamento ya no sea necesario, habla con tu doctor para intentar suspenderlo. La retirada también debe hacerse de forma controlada, nunca de golpe, porque algunos fármacos generan dependencia o síntomas de abstinencia.
Por último, usa organizadores de pastillas o aplicaciones de recordatorio. Una pastilla en cada compartimento semanal te ayuda a visualizar lo que ya has tomado y lo que falta, evitando errores.
La polifarmacia no tiene por qué ser un problema insuperable. Con una buena comunicación entre pacientes, médicos y farmacéuticos, y siguiendo estos pasos simples, puedes reducir riesgos y mejorar tu calidad de vida.
Guía clara para manejar medicamentos en mayores: riesgos, dosis, criterios Beers, ajustes renales, adherencia y deprescripción. Consejos prácticos y checklist.
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