Medicamentos en ancianos: lo que todo mayor necesita saber

Cuando hablamos de medicación en personas mayores, la cosa no es tan simple como tomar la pastilla que indica el médico. El cuerpo cambia con la edad, el metabolismo se ralentiza y la combinación de varios fármacos puede crear problemas inesperados. Por eso, antes de iniciar cualquier tratamiento, es fundamental revisar cada detalle.

Lo primero que debes hacer es llevar una lista actualizada de todos los medicamentos que tomas, incluyendo vitaminas, suplementos y remedios naturales. Anótalo con el nombre comercial, la dosis y la frecuencia. Esta lista será tu herramienta más útil para evitar interacciones y duplicidades.

Cómo elegir el medicamento correcto

El médico debe prescribir la dosis más baja que sea eficaz. En los mayores, una dosis que funciona para un adulto joven puede ser demasiado alta. Pregunta siempre por la razón de cada fármaco y si hay alternativas con menos efectos secundarios. Algunos medicamentos, como los antihistamínicos de primera generación, pueden causar somnolencia y mareos, aumentando el riesgo de caídas.

Si tienes dudas sobre un medicamento, solicita una segunda opinión al farmacéutico. Los farmacéuticos están entrenados para detectar interacciones entre fármacos y ajustar la posología según la función renal y hepática. No subestimes su papel: pueden sugerir cambios simples que mejoran la tolerancia.

Errores comunes y cómo evitarlos

Uno de los errores más frecuentes es olvidar tomar la medicación a tiempo. Usa recordatorios en el móvil o una caja organizadora con compartimentos diarios. Otro problema es mezclar alimentos y fármacos sin saberlo; por ejemplo, la pimienta o el jugo de toronja pueden alterar la absorción de ciertos medicamentos.

También es importante no interrumpir un tratamiento sin consultar al médico. Algunos fármacos, como los corticoides, requieren una reducción gradual para evitar síntomas de abstinencia. Si notas efectos adversos como mareos, visión borrosa o cambios de humor, repórtalos de inmediato. Muchos efectos pueden ajustarse cambiando la dosis o la hora de administración.

En caso de que necesites varios medicamentos, pregunta por la posibilidad de usar combinaciones en una sola píldora. Esto reduce el número de tomas al día y facilita el cumplimiento. Sin embargo, asegúrate de que la combinación sea apropiada para ti.

Finalmente, mantén tus revisiones médicas al día. Cada seis meses, pide al profesional que evalúe la necesidad de cada fármaco y la posible eliminación de los que ya no aportan beneficio. Un control regular es la mejor defensa contra la polifarmacia y sus riesgos.

Recuerda, la clave está en la comunicación clara con tu médico y farmacéutico, y en ser proactivo con tu lista de medicamentos. Con estos pasos, puedes evitar complicaciones y asegurar que la medicación contribuye a una vida más saludable y tranquila.

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