¿Te has preguntado alguna vez cuántas pastillas tomas realmente por necesidad? La deprescripción es el proceso de revisar y suspender aquellos fármacos que ya no aportan beneficio o pueden ser peligrosos. No se trata de dejar de tomar todo, sino de hacerlo de forma segura y con ayuda profesional.
El primer paso es hacer inventario de todos los medicamentos que usas: prescripciones, de venta libre, suplementos y remedios herbales. Anota nombre, dosis, frecuencia y para qué se prescribe cada uno. Tener esa lista clara te da una visión completa y evita confusiones más adelante.
Con la lista en mano, revisa cada medicamento con tu médico o farmacéutico. Pregunta: ¿Este fármaco sigue vigente según las guías clínicas? ¿Ha pasado el tiempo recomendado para una revisión? Algunas preguntas útiles son:
En muchos casos, el médico podrá reducir la dosis o proponerte un plan de retirada gradual, crucial para evitar efectos de rebote o síntomas de abstinencia.
Una retirada segura sigue estos principios:
Recuerda que la deprescripción no es un proceso de una sola vez; es una conversación continua con tu equipo de salud.
Además, la educación del paciente es clave. Saber por qué se suspende un medicamento y cómo hacerlo te da confianza y evita la automedicación.
Si sientes dudas, busca recursos como guías de deprescripción de sociedades médicas o habla con un farmacéutico especializado en revisión de medicación. Ellos pueden ofrecer información práctica y ejemplos de casos reales.
En definitiva, la deprescripción te ayuda a minimizar riesgos, mejorar la calidad de vida y ahorrar en gastos innecesarios. No tienes que hacerlo solo: con la ayuda adecuada, puedes simplificar tu tratamiento y sentirte mejor cada día.
Guía clara para manejar medicamentos en mayores: riesgos, dosis, criterios Beers, ajustes renales, adherencia y deprescripción. Consejos prácticos y checklist.
Leer más