La sanación espiritual: ¿Cómo funciona?

¿De qué se trata la sanación espiritual?

La sanación espiritual comprende una recolección de terapias y con ello prácticas que complementan un mecanismo para tratar las dimensiones de carácter existencial de una persona. Esta práctica permite la modificación de la química cerebral además de mejorar, desarrollar y enriquecer el sistema inmunitario.

El papel de la sanación espiritual es actuar en esta misma dimensión. Debemos comprender que no se trata de una terapia de tipo mental – emocional. En el proceso del tratamiento tanto el paciente como el terapeuta se vinculan con un lugar o espacio sagrado, lo que significa que ambos alcanzan un nivel alto de conciencia en el cual se ejecuta la sanación, esto, porque se canaliza al paciente una cantidad determinada de frecuencias de la Energía Universal que permiten purificar, alterar y transformar cualquier presencia de energía negativa o maligna y mitigar para eliminarla, asegurando que ésta no volverá a surgir por ninguna circunstancia.

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La práctica: ¿Cómo funciona?

La práctica de la sanación espiritual contiene mecanismos que permiten influir dentro de nuestra salud para aportar a la estructura genética y de esta manera poder recuperar la energía de forma integral y directa sobre la totalidad de los sistemas. Los sistemas a los que nos referimos pueden ser los chakras, la órbita microcósmica, en canal central y los tres tan tien.

Para su procedimiento, se debe cerciorar de una preparación para el paciente y el sanador espiritual al que también se le conoce como terapeuta, esto para la introducción de accesos que permitan el vínculo con las vibraciones previamente mencionadas.

Cuando una persona es tratada mediante la sanación espiritual recibe con la transmisión una gran y valiosa energía que es capaz de reestructurar, reorganizar y modificar las energías que han sido alteradas, reactivando toda la serie de procesos naturales procedentes de las fuerzas internas y con ello su sistema inmunitario para acondicionarlas en caso de un enfrentamiento hacia una enfermedad, pues es este el momento en el que esta energía previamente capacitada y mejorada, se vale de los recursos residentes para aumentar y gestionar la recuperación, además de que en un gran número de casos, son capaces de aliviar los síntomas y aumentar el autoestima, la seguridad y la confianza en sí mismos. La sanación espiritual también permite que estas personas incrementen sus niveles de serenidad, tolerancia y sobretodo paciencia para combatir las enfermedades y con ello el dolor que permite identificar y generar un sentido de pertenencia con respecto a la enfermedad para no verse a sí mismos como enfermos sino como seres humanos con una molestia física.

Dimensiones de la sanación espiritual

Sabiendo que este mecanismo es una práctica de auto – sanación espiritual, podemos comprender que también comprende una sanación en otras dimensiones que a la vez interactúan entre sí y con tres extensiones existenciales de cualquier ser humano.

La dimensión espiritual

Esta dimensión comprende el trabajo en las frecuencias que sean necesarias residentes en el “Yo” del espíritu para que este se mantenga en un contacto constante con su ente de origen natural.

La dimensión de carácter mental

A nivel mental se labora para canalizar las propiedades propias de la mente con las vibraciones de menester para ofrecer una frecuencia que comprenda la sanación y confeccionar un camino que se una con el área inconsciente para liberar al “Yo” de la persona y poder aliviar coacciones y represiones a las que el ser humano se somete en diversas situaciones, y de esta manera poder tener un control en un punto en el que se ve oscurecido y poder aplicar una energía luminosa mediante el “Yo” superior.

Dimensión de las emociones

En esta dimensión el trabajo consiste en un proceso en el que se busca canalizar la totalidad del núcleo emocional con la energía que se considere necesaria para que ésta sea capaz de modificar y transformar cualquier emoción negativa y pesimista, en emociones positivas y provechosas. Esto también permite que se mantenga la ecuanimidad vigente dentro de las emociones, sensaciones y sentimientos para evitar que se dé lugar a bloqueos de energía de las emociones que alteran y afectan todo el funcionamiento del sistema energético de la persona.

La dimensión a nivel físico

Cuando el trabajo pasa por esta sección del procedimiento mediante la sanación espiritual, trabaja directamente sobre toda el área material del cuerpo en físico, logrando canalizar y orientar las células, los átomos, los órganos y los tejidos de los cuáles está compuesto nuestro cuerpo para orientarlos a una frecuencia de la energía universal para que se produzca la sanación y en esta medida se pueda recuperar la estabilidad y la armonía que irán en pro de una curación presente en el cuerpo como una disfunción que ha sido previamente somatizada en forma de enfermedad residente en el cuerpo de la persona.

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